Y yo me muero sólo en este mundo, andando solo y moribundo ¡Qué mal me pagaste! Y hoy tengo un corazón sin rumbo, con un vacío profundo en mi corazón. Amor, ya no juegues así, ya he perdida tu tu partida. Has creído vil mentiras de mí...
Dos gardenias para tí, que tendrán todo el calor de un beso, de esos besos que te dí, y que jamás encontrarás en el calor de otro querer. A tu lado vivirán, y te hablarán como cuando estás conmigo, y hasta creerás que te dirán te quiero.
No actúes tan extraño duro como una roca, si te mostré pedazos de piel que la luz del sol aun no toca y tantos lunares que ni yo misma conocía... Te mostré mi fuerza bruta, mi talón de Aquiles, mi poesía...
Sabes manejar la seducción. Bailas con la piel y la pasión. Me ha mordido ya la tentación, solo quiero desnudarte el corazón... Atrapado! Moribundo! Con esas ganas de bailar contigo!
Yo te diría nunca más, nunca más, nunca más. Deja todo eso atrás. Nunca más, nunca más. Dame otra oportunidad. Ya no más, ya no más. Tenemos tiempo todavía.
Y este corazón que te robaste cuando te marchaste, y te marchaste con mis besos, con mis besos y mis sueños. Y este corazón está latiendo cada vez más lento, y estoy sintiendo en mis adentros cómo el fuego no se apagó, no se apagó.
Aun no sé qué fue lo que me hechizo de ti. Nunca pensé que Cupido me iba a flechar así. Una sóla vez estuviste frente a mí, y me enamore en el momento en que te vi.
Me pasé la vida dejando pasar las palabras que en silencio me decías, me hice el sordo y ciego y no te quise hablar, se me fue el otoño jurando mentiras pero ahora que se acerca el final como me cuesta aceptar esta guerra perdida...
