Mi historia entre tus dedos
Yo pienso que no son tan inútiles las noches que te di. Te marchas ¿y qué? yo no intento discutírtelo, lo sabes y lo sé. Al menos quédate sólo esta noche, prometo no tocarte, estás segura, tal vez es que me voy sintiendo solo, porque conozco esa sonrisa, tan definitiva, tu sonrisa que a mí mismo me abrió tu paraíso.