50 horas
Se cayeron mis creencias por el suelo como papeles pisados, el francés me suena como el Arameo y parís desencajado. El futuro es una caja de promesa y la promesa ya es de humo. Yo te escucho no tengo nada mejor que hacer después del desayuno. No puede ser, que estés, tan sola. No puede ser que estés tan sola, con lo buena que estas, yo podría estar 50 horas robándote besos, de esos que vos me dejas robar.
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