La vida entera
Era un furia, un relámpago, una enfermedad sin cura, un adicto a esa adrenalina oscura, una rosa negra con espinas, un espejismo, un reflejo, un mal sueño, lo peor de mi mismo, el mejor exponente del egoísmo. Una maquina de hacer heridas, hasta que llegaste y me encendiste con tu luz tu mirada poderosa y alma curandera.