Abro la puerta y ya sé, Que hay detrás un sillón vacío, Que frío da, Enciendo la luz es igual, Nada que mirar, Llorando se me fue la voz, El alma se me parte en dos.. de amor. Cuando me faltas, Cuantas noches sueño sin dormir, Tú no te marchas nunca aunque te fuiste estás aquí, No me puedo soltar.
Hoy me he levantado y ya perdí la cuenta si te fuiste hace un rato o ya son mil años que no vives aquí. Con las telarañas de cada rincón de esta desolada y triste habitación será que yo tengo que limpiar haber que puedo hacer, tus huellas que en mi piel aún se dejan ver tu nombre que no sé olvidar.
Y pude arrancar esta soledad. Tengo tantas ganas de gritar que no existe más la oscuridad. Si tú eres mi luz, mi luz. La fuerza dentro de mi ser. Mi luz, mi luz, la fe que siempre sentiré.
Nos vimos tres o cuatro veces por toda la ciudad. Una noche en el bar del loro, me decidí a atacar. Tú me dijiste diecinueve, no quise desconfiar, pero es que ni mucho ni poco, no vi de dónde agarrar.
Yo quiero ser como el sol que te acaricia la piel y quiero ser manantial de agua fresca que calme tu sed. Y yo quiero ser el calor que tú buscas en la oscuridad y la primer sensación que tengas al despertar.
Te sorprendió mi invitación a prolongar el atardecer nosotros dos. Di si no es mejor bailar un poco, bajar la voz, cerrar los ojos. Di esta vez, di es igual. Di que si fueras el primer chico con quien bailé... La oscuridad inspira más, te hará perder la timidez.
Yo sé que tu padres No te quieren conmigo No sé si será por mis tatuajes O la forma en que yo vivo Dile que tú me quieres Que no le haga caso a lo que le digan Nos vivimos enamorando día a día Dile que yo soy el que te quiere Explícale lo que sucedió Entre tú y yo la llama se encendió No sé cómo pasó
Te mando flores que recojo en el camino. Yo te las mando entre mis sueños porque no puedo hablar contigo y te mando besos en mis canciones y por las noches cuando duermo se juntan nuestros corazones...
Saría lo que fuera por volverte a ver, daría hasta mi vida y mi fusil, mis botas y mi fe. Por eso en la trinchera de mi soledad tus ojos son mi luz y tu esplendor mi corazón...