Nada de nada
No existe nada que me dé ni la mitad de todo lo que tú me das cuando descubro tu mirada. No cambiaría ni loco tu sonrisa, por todo el mundo, por nada de nada.
No existe nada que me dé ni la mitad de todo lo que tú me das cuando descubro tu mirada. No cambiaría ni loco tu sonrisa, por todo el mundo, por nada de nada.
Quizás porque tan sólo he sido una que ha sido enamorada de la luna, tan sólo eso ha sido mi pecado, el de seguir mi corazón a todos lados, seguir mi loco corazón a todos lados.
No actúes tan extraño duro como una roca, si te mostré pedazos de piel que la luz del sol aun no toca y tantos lunares que ni yo misma conocía... Te mostré mi fuerza bruta, mi talón de Aquiles, mi poesía...
El frío ya se siente ya comenzó, la nieve ya cubrió la ciudad y yo lejos de mi casa mi corazón le pido a Santa Claus llegar. Miles de kilómetros no podrán, nuestro amor podre separar y nada se compara con tu calor lo que me das de enero a navidad. Se que pronto voy a llegar, sera perfecta la navidad. Mantén prendido el calentador que en tus brazos estaré mi amor.
Si yo sé que el amor no duele y yo sé que no es cruel. Yo quiero darte toda mi vida y seguir amándote, amándote. Dame tus pies para poder caminar. Si me fallan las fuerzas, si me pongo a temblar. Dame tu pecho y déjame respirar, se me escapa el aire si no te veo más.
Amo que me robes la mirada, el café por la mañana y despertar entre tus ramas. Que me mires de reojo si cometo una imprudencia. Que mis gestos y mis labios sean de toda tu incumbencia. Doy mi alma, doy mi cuerpo, doy mis huesos te entrego todo, hasta las cosas que no tengo. Te doy mis ojos para verme en tu mirada. Te doy mi almohada, la de plumas, la que amas.
Me amarás, te amaré porque vengo lo sé, desde mas alla de los tiempos, de un lugar, de la eternidad siguiendote a ti, queriendote amar... mi cuerpo no muere.
Lo hubieras pensado cuando me miraste con esa sonrisa que me hizo temblar y antes de decir la frase que me hizo sentir que yo era algo especial… Antes de que con tu suéter quitaras el frió de mi soledad. Antes de robarme un beso y encender mi cuerpo y no poder parar. No querías lastimarme… No querías lastimarme… ¡Me querías matar!
Sólo con mirarte ya lo vi venir, no hace falta que hables, sé qué vienes a decir. Era de esperarse desde el mes de abril. Basta con tus ojos, basta con tu voz, viendo cómo cuesta que termines la oración y no te lo haré fácil, tienes mi atención... Dolerá mucho más al oírlo de tu voz, dolerá mucho más.