Déjala ir
Solo necesitas luz cuando hay poca, solo echas de menos el sol cuando empieza a nevar, solo sabes que la quieres cuando dejas que se vaya. Solo sabes que lo has pasado bien cuando lo estás pasando mal.
Solo necesitas luz cuando hay poca, solo echas de menos el sol cuando empieza a nevar, solo sabes que la quieres cuando dejas que se vaya. Solo sabes que lo has pasado bien cuando lo estás pasando mal.
Puede que alguna vez Recuerdes esta frase Sin saber por qué Tuyo es todo mi ser Que a solas y por dentro Quiero pero me duele Que no sientes lo mismo que yo Lo noto Se ahogan mis verdades Me ahogan mis demonios Quisiera morder esa manzana La fruta prohibida envenenada
Hace poco tiempo que tú te marchaste, no sé por qué tanto te echo de menos si somos amigos, solamente amigos. No sé que me pasa, que me ha sucedido. Que triste, muy triste tengo la mirada tanto que la gente me dice que pasa y a ellos les digo que he enloquecido por alguien que nunca hubiese creído.
En la noche tranquila llega tu recuerdo Tengo la esperanza de recuperarte Y aunque pasen las horas sigo igual que antes Sintiendo la amargura de tener la duda De por que te fuiste, no lo entiendo No si piensas ir huyendo, yo me quede En la noche oscura y me consume la locura Dame Una razón una razón para olvidarte Un corazón para no amarte Que ya no se vivir sin ti
En mi mente siempre está... Pruebo a veces a olvidar aquella poesía, dejo en mi talón lugares con arenas dobles yo quise creer que mi recuerdo ya no mordería pero quieren morder... pero quieren morder. Otros me contaron cosas que yo no sabía, un bello viaje, nada puedo reprocharles.
Puede que hoy suene esa voz que lo cambia todo. Puede que no y sigas partiendo mi rumbo. Si me das un papel te hago reina, si te bajas la falta te juro. Pórtate bien, dame calor. Las diez y diez. Mira qué sol viene a deshacer el nudo de tu abrazo que todo lo puede de mi cuerpo posado en el tuyo.
Que cómo hago para no extrañarte. No hago nada, nena, yo te extraño. Despierto a las mañanas buscando tu carne. Que cómo hago para aguantarme. Por lo pronto, nena, yo te aclaro: no sería capaz de matarme.
Vivo en el mundo de sus labios, busco la playa de sus besos, soy el ave que vuela, cerca de sus caderas y vuelve al mismo puesto. Ella me hace navegar, en el mar de sus ojos y yo solo quiero anclar entre sus labios rojos, solo quiero naufragar, cerca de su sonrisa ella es mi puerto y mi mar, mi velero y mi brisa.
Ahora que la vida nos arranca nuestra manta, y perdido e hipocondríaco, ya no duermo de un tirón. Ahora que la noche es un rumor de risa ajena que se aleja por la calle y nos congela el corazón. Ahora que respiro y resulta más difícil sacar bajo nuestra piel las astillas del recuerdo. Ahora que me pierdo las auroras de Madrid y no suenan en las radios las canciones que te debo.