Quedemos como amigos
Perdóname por no poderte amar, no puedo ya entregarme como ayer. Inutil es fingir, si todo terminó, entre tú y yo. Quise formar en tí, ilusiones de un sublime amor y el destino, que se impone siempre, no lo permitió. Por eso es que te vengo a suplicar, que no me guardes odio ni rencor. Tenía que ser así, debemos admitir la realidad.