Por delicadeza
Me acusas de jugar siempre al empate Me acusas de no presentar batalla Me acusas de empezar cada combate Tirando la toalla. Me acusas de tomarte de rehén Te acuso de quererme a sangre fría Me acusas de afina la puntería Hiriéndome en la sien Pero aquí sigo estando ya lo ves Salvado por la campana